8 de diciembre de 2011

La historia que no pudo ser

   Ven a esa pareja de jóvenes al final del pasillo? Si, esos que dan la constante sensacion de que en cualquier momento se abrazaran. Ellos son Mirna y Luis, y son amigos desde hace ya algunas vidas, lo que cada uno ignora de si mismo, es el amor que tienen por el otro; y les contare la breve, pero muy interesante historia de cómo se separaron sin descubrirlo a tiempo.

   Si, ya he contado el final, y probablemente la historia no este llena de sorpresas; pero vale la pena seguir leyendo. Por que? se preguntarán; pues por la simple razon de que es la misma historia que muchas personas viven y, al igual que Mirna y Luis, nunca se enteran de ser protagonistas.

   Ellos se conocieron ya hace tiempo, un día muy soleado y caluroso, típico del pueblo donde vivían. Los dos estaban a punto de dejar todo atrás, para emprender sus estudios en la capital. Antes de ese día, no habían cruzado palabra, a pesar de haberse visto en algunas ocasiones; pero el destino quiso que los únicos dos asientos disponibles estuvieran el uno al lado del otro. El viaje de más de 5 horas bien hubiera podido ser tedioso y aburrido; pero la compañía del uno, le pareció fantastica a la otra, y durante todo el trayecto terminaron por sembrar una semilla de amistad que mas tarde echaría raices muy profundas.

   Un año después de su primer encuentro, los dos se frecuentaban mucho, a pesar de estar en distintas carreras y de tener horarios muy quebrados, siempre encontraban tiempo para pasarlo juntos. Ella no conocía amigo mas fiel que Luis, y el no conocía a amiga alguna que lo sorprendiera tan frecuentemente como ella; una amistad de antología se podría decir.

  Los años pasaban, y cada uno entretejía su vida propia, sin olvidar la del otro. La distancia los separó, y los volvió a unir, parejas vinieron y parejas se fueron. Tuvieron problemas, y algunos de ellos muy fuertes; pero no hubo nada que les hiciera desistir de seguir siendo grandes amigos.

   Verdad que esta historia suena muy común? Es por que lo es; pero déjenme terminar, que aun nos falta la parte mas interesante en todo esto.

   Después de años de amistad, de altibajos, de enojos y de alegrías, un día Luis despertó con una cosa muy clara: El cariño que sentía por Mirna no era solo cariño, no solo la quería como amiga; la amaba como mujer. La epifanía que tuvo le aterró, le quito el sueño, le interrumpió sus actividades, no sabia como reaccionar ante eso; Mirna era su amiga, su compañera de vida; pero no en ese sentido, no hasta ese momento.
   Por fortuna para el, su amiga cursaba una capacitación en el extranjero, y aun le quedaban 4 semanas para regresar; durante ese tiempo, se trató de convencer a si mismo de olvidar el asunto, de dejar de verla de esa manera, de confiar en la razón  y no en lo que sentía; pero fue en vano.

   El día en que Mirna regresó, Luis fue a recogerla al aeropuerto; vistió su mejor ropa. se perfumó, compró un ramillete de flores, y tomó el obsequio que le tenia preparado; esa tarde estaba dispuesto a sacar todo lo que tenia dentro de su pecho y de su mente.
   Treinta minutos después de la hora programada, el avion aterrizo en la terminal; los veinte minutos que Mirna tardo en recoger equipaje y hacer los tramites correspondientes, le parecieron eternos a Luis.

   Por fin, después de las 4 semanas mas angustiosas e inciertas de su vida, Luis vio aparecer a Mirna por las puertas de abordaje; la contra luz de la vitrina encuadró y realzó la belleza de la muchacha, y en ese instante, Luis se convenció de que en realidad quería decirle lo que tenia que decir.
   Se abrazaron, rieron y lloraron; algo frecuente en ellos después de tanto tiempo sin verse. En el camino ella habló de la ciudad que visitó, de los lugares que vio, la comida que comió y hubiera podido continuar así por mucho tiempo si Luis no la hubiera interrumpido con un "tengo que decirte algo"; ella lo miro muy intrigada y pregunto que es lo que tenia que decir

   "Ahorita que lleguemos a donde vamos, te digo" El lugar de destino era Antonio´s, un restaurante de alta categoría, y muy adoc para la confesión de Luis. 

   Mirna se puso muy seria y contesto con un "Yo también quiero decirte algo, al ratito te digo"

   Continuaron su trayecto hablando de lo que había pasado al uno en ausencia del otro, rieron con historias graciosas, y casi lloraron con sucesos tristes. Por fin llegaron al restaurante, Mirna no pudo decir menos que "wow! tenia mucho sin venir aquí". Se bajaron y Luis pidió la mesa que le habían reservado; y ahí están los dos, juntos entrando a uno de los lugares mas románticos de la ciudad.
   Verdad que parece que se aman? Todo mundo pensaba lo mismo, amigos, conocidos, familiares y hasta extraños pensaban que eran novios cuando los veían juntos. Pues era precisamente eso lo que Luis argumentaría esta noche.
   En realidad me gustaría dejarlos con esa imagen de una joven pareja que parece quererse desde siempre; una estampa de lo que es el amor y el cariño acompañado por la amistad; pero tengo que contar esta historia completa.

   Se sentaron a la mesa, e inmediatamente Luis se puso nervioso, no sabia como empezar, ni en que momento, ni con que palabras; ya antes habia declarado sus intenciones a otras chicas; pero ella no era otra chica, era realmente la persona con la que de viejo deseaba tomar chocolate en el porche, mientras ella tejía una bufanda en estambre, y él ayudarla a que no se enredara; la consideraba la mujer de su vida. En todo esto pensaba cuando Mirna se puso muy seria, y le dijo que tenia que darle una noticia muy importante.

   Luis lamentó no haberse decidido antes a hablar; pero dejó que ella diera su noticia, total, la de el era muy importante, y bien podía esperar unos minutos más.

   "No se como empezar, así que lo diré sin rodeos. Me voy a casar!"

   La cara de Luis estuvo a punto de desfigurarse del dolor que sintió al escuchar esa noticia: pero tuvo la entereza de escuchar sin mostrar su sufrimiento. No podía creer lo que escuchaba. 

  "Andres me propuso matrimonio justo antes de subir al avión, y acepté!"

  Mirna acostumbraba hacerse de novios temporales cuando salia de viaje por algunos meses, en realidad no llevaba muy bien la soledad; pero siempre era la misma historia: Acordaban un noviazgo a distancia cuando ella regresaba a casa, y a las semanas lo había olvidado; cuando estaba con Luis no mantenía ningun compromiso o relación  el parecía llenar esa necesidad con creces.
   Ella duró hablando del tema por largo rato, mientras el la cuestionaba de manera que no se notara su frustración, o su dolor; la felicito en varias ocasiones, y fingió estar muy feliz por ella.

   "Ah, pero ya, dime, que me tenias que decir?"

   Un momento de pánico; de todas las cosas que pensó cuando escucho la noticia de su amiga, Luis no imaginó que haría respecto a la suya. Así que dijo lo primero que le pasó por la mente.

   "Me mudare a Alemania"

   Técnicamente no era una mentira; tenia una oferta de estudio en ese pais; pero estaba dispuesto a rechazarla por Mirna. 

  "Que? Cuando?"

   La reacción de ella al pensar en perder a su amigo, fue algo mas que triste. Hablaron largo rato del tema. Y ahora le tocó a Mirna pensar en todo el asunto, su amigo se iría, probablemente por mucho mas tiempo del que estaba acostumbrada a dejar de verlo. 
   Terminaron la cena, Luis la dejó en su casa, y cada quien tuvo mucho tiempo para pensar seriamente en todo lo que se había dicho.


   Cinco semanas después, Mirna se preparaba para ir a dejar a Luis al aeropuerto, fueron cinco semanas de pensar mucho el uno acerca del otro, de lo que sentían, de lo que les esperaba; parecía que finalmente, las vidas de cada uno tomarían rumbos muy distintos. El camino fue muy melancólico, ninguno de los dos tenia ánimos para reír, o para llorar. Por su parte, Luis estaba dispuesto a olvidarla, y esperaba con todas sus fuerzas que el verla casada, y tenerla lejos, le ayudara. 
   Pero lo que no imaginaba, es que Mirna no sabia qué era lo que sentia por él; ella pensaba que lo quería como a un amigo, la persona que siempre estaria ahi, y en la que podia contar; pero nada mas que eso... hasta enterarse que el partiría. La noticia la había hecho cuestionarse a si misma los sentimientos que tenia por Luis.

   Mientras él registraba su equipaje, ella pensaba y pensaba, sin saber que Luis pensaba exactamente en lo mismo: Confesar todo en ese momento, y quedarse en la ciudad a tratar algo, a intentar ganarse a la mujer de su vida.

   Caminaron al final del pasillo, y es aquí donde los vimos por primera vez: De frente el uno al otro, muy cercanos, dando la impresión de amarse con todas sus fuerzas, a punto de abrazarse y confesarlo todo.

...

   Un largo silencio, y de pronto, sus miradas se cruzan. Por un instante cada uno pensó en ver en los en los ojos del otro unas ganas enormes de decir "te amo"; pero los dos pensaron que fue producto de su imaginación, y desviaron la mirada.
   Una voz mecanizada anuncia que el vuelo de Luis está a punto de partir. El corazón de Mirna da un vuelco, en ese momento todas las palabras que quería decir se le atoran en la garganta, y no puede hacer otra cosa que llorar; llorar abrazada a su amigo, a su compañero, a su amor.
   Luis la toma entre sus brazos y desea jamas soltarla; pero se recuerda a si mismo que ella está comprometida, que a quien ama es a otro, que no puede hacer nada.

   Despues de unos instantes, se separan, se miran a los ojos, y, mientras él desea con todas sus fuerzas besarla en los labios, ella internamente pide que lo haga... Luis se despide con un "te quiero, y te voy a extrañar", ella contesta con un "yo también te quiero, y te extrañare". El toma sus maletas y se encamina a la sala de abordaje, mientras Mirna se queda ahí parada, deseando con todo su corazón que no se marche, que regrese y se quede con ella por siempre.

  Tras caminar unos pasos, Luis se voltea, la mira mas hermosa que nunca, y con todo el dolor de su corazón le dice apenas audible "se muy feliz Mirna", e inmediatamente se gira y apresura el paso, no queria sufrir por más tiempo.

   Lo que nunca llegó a saber, es lo que Mirna le contestó, y él simplemente no lo escuchó


   "Quiero ser feliz... Contigo, Luis"


Realmente el fin

2 comentarios:

g dijo...

fascinante!

Yoali Ehécatl dijo...

No sabes lo megacontento que me pone saber que te das una vuelta por aca. Y lo mucho que me sube el animo que te gustara esto :)