28 de enero de 2010

Amor




   Y que es el amor, sino una entrega total?, desprenderse de uno mismo, y complementar a la persona amada.

Vean el video completo, vale la pena. 

22 de enero de 2010

Paz, Libertad y Muerte (Presentación)

   Queridos lectores, gracias una vez mas por interesarse en este espacio pseudoliterario, sin ustedes, esto no existiría. En esta ocasión, el autor de este blog, desea compartir con ustedes el siguiente relato, cabe aclarar, que el texto en si, no es nada del otro mundo, ni se espera se convierta en un Best Saler. La razón por la que el joven escritor desea compartir esto, es el giro que tomó por si mismo el escrito. A pesar de haber iniciado como un simple escrito moral-dramático, ambientado en una guerra cualquiera, la historia cobró vida por si misma, literalmente hablando, y se salio totalmente de las manos del autor. 
  En verdad, el autor espera que pasen por alto la semejanza con cualquier otra, u otras obras, pues no puede dejar a un lado la influencia que algunas novelas y thrillers le han dejado. También se quiere hacer un profundo agradecimiento a Rosrario, cuyos ánimos en realidad sirvieron mucho para no dejar de lado este escrito, que parecía no tocar fin. Sin más, esperamos que disfrute de la lectura. Y recuerde, lo que mantiene vivo ese blog, son sus comentarios, opiniones quejas y sugerencias. 

Paz, Libertad y Muerte (1ra parte)

En un instante todo cambió, un remolino de mociones y sentimientos chocaron entre si, desatando una tormenta colosal dentro de aquel joven que miraba sorprendido cómo el oficial, envestido en su uniforme color verde oscuro, descargaba un cartucho entero de municiones sobre el cuerpo del pequeño niño que aun se aferraba al cadáver de su madre. Los balazos resonaron en los restos de paredes que aun se conservaban de pie, devastadas por el ultimo ataque aéreo a la zona.   El cuerpo del pequeño quedó inerte, rodeado por un charco de espesa sangre y con los ojos abiertos de par en par, mostrando el terror de sus últimos minutos de vida.
   A sus dieciocho años, Jhon había visto mas de lo que se esperaría para un joven de su edad, hijo de uno de los generales mas poderosos y sangrientos de los últimos siglos, el general Albert McAnsse. Todos esperaban que siguiera los pasos de su padre y a decir verdad, desde pequeño había admirado la valentía, el coraje y la determinación que todo mundo decía que tenia el General, y anhelaba poder convertirse en un orgullo para él. Acostumbrado a la disciplina, y a convivir con los hijos de los demás miembros del escuadrón Alfa-14, el cuerpo de élite que comandaba su padre, el pequeño Jhon nunca había echado de menos las muestras de afecto por parte del general, para el, y para los demás chicos de su edad, el amor se mostraba por medio de la severidad, y la preocupación a través de la disciplina. Pero su madre era todo lo contrario, ella formaba la parte tierna y humana en la educación del pequeño general (cómo llamaban a Jhon los subalternos del General), y fue ella la encargada de hacerle ver que su padre no era el héroe que todos decían.
   Los logros del General McAnsse eran reconocidos en todos los países que formaban la Alianza Superior (AS), una coalición formada por los tres países mas poderosos del occidente, cuya visión era crear un mundo de paz, aunque eso significara el exterminio de las "rebeldes". La fama del general se había propagado por toda la AS cuando sometió la ciudad de Cóbala, la capital rebelde mas poderosa, sin dejar de pie un solo edificio, o rastro alguno de vida humana en el lugar, dando con eso un avance muy significativo a la AS. Pero la historia que se difundió por los periódicos de los países aliados, fue otra muy diferente, "el general McAnsse había presionado a los rebeldes, obligándolos a tomar una retirada táctica", la censura de la AS podía llegar a ser muy persuasiva.
   El único contacto con la versión real de los hechos que tenia el pequeño Jhon, era su madre, la encantadora señora Alice de McAnsse. Heredera de una de las mayores fortunas familiares de la AS, había contraído matrimonio con el general a los 19 años, deslumbrada por el porte y caballerosidad de aquel joven apuesto, de mirada penetrante y porte militar. Los padres de Alice estuvieron mas que contentos de recibir en su familia al próximo general del escuadrón Alfa-14, ya que eso significaba una inmunidad casi absoluta para todos los parientes cercanos de éste. El amor que Alice sentía por Albert, era casi ciego, las hazañas que se contaban de él arrebataban suspiros a la joven esposa; pero al pasar del tiempo, y conforme el joven militar iba ascendiendo en su carrera, el matrimonio se volvió frió, lleno de secretos, de evasiones. Albert ya no era atento con su bella esposa, se mostraba distante, y poco a poco, pasó de lo indiferente a lo agresivo. Una noche después de diez años de matrimonio, Albert fue nombrado general, y al llegar a su casa le informo a su esposa que tenían que tener un hijo, y mejor para ambos que fuese varón. Y fue precisamente ese hijo que venia en camino el que le dio a Alice un motivo al cual aferrarse, prometiéndose a si misma que no dejaría que el fruto de su vientre llegara a convertirse en lo que el ahora General esperaba.
   Conforme el pequeño Jhon fue creciendo y su conciencia se desarrollaba, su madre le mostraba en secreto las atrocidades que su padre llevaba a cabo "por el bien de la AS y la humanidad". << Tu padre ha hecho cosas terribles, pero sigue siendo tu padre, no te digo esto para que lo odies, lo hago para que sepas que no está bien lo que ha hecho, y no sigas sus pasos; pero tienes que ser muy cuidadoso, y no contrariarlo ni a él, ni a ninguno de los oficiales que te imparten clases. Esto es un secreto entre tu y yo>> Las palabras de su madre lo confundieron desde un principio, ella siempre había sido su refugio del mundo, su confidente, su amiga; pero su padre era quien lo estaba enseñando a ser un hombre de valor, fuerte. Le habia inculcado los valores de la AS, Valor, Coraje, Honestidad, Fidelidad, Libertad. No era posible que ese hombre fuera el mismo ser insensible del que le hablaba su madre. Delante de Jhon, el General siempre se había mostrado cortés y respetuoso hacia su madre, jamas le había levantado la voz, aunque, al igual que con él, nunca se mostraba afectuoso ni cariñoso; pero, eso era lo normal, No?
   Las clases en la escuela especializada para los hijos del Alfa-14, era una escuela de alto rendimiento, los alumnos eran sometidos desde muy niños a rigurosos entrenamientos  físicos, y a estudios complejos de estrategia militar, era una escuela que convertía a los niños en hombres especializados para el servicio de la AS. Jhon destacó desde muy niño en todos los aspectos, tenia una condición física superior a la de los demás niños, y desde pequeño mostró una capacidad de coordinación y estrategia dignos de el hijo del General. Al crecer, sus habilidades se desarrollaron junto con él, y los instructores, acostumbrados a ver todo tipo de hazañas en combate,  continuamente se sorprendan con los logros del pequeño general. En su décimo quinto cumpleaños, y después de una pequeña celebración organizada por Alice, la cual incluyó una cena de pato horneado, y un pastel hecho por ella misma, Jhon fue sacado de la cama por su padre. Atado de manos, y con los ojos y boca vendadas, el joven se retorcía en los fuertes brazos del general, lleno de terror por no saber a donde lo llevaba, lo primero que le cruzó por la mente, es que recibiría un castigo tan fuerte, que el general no quería que su madre se diera cuenta por sus gritos, y repasaba una y otra vez algo que pudiera haber ofendido los valores de la AS. Por fin se detuvieron y su padre le desató las manos, y quito la venda y mordaza, el panorama que contempló lo dejo atónito.
   Se habían internado en el bosque que rodeaba el campamento temporal del Alfa-14, y estaban parados ante un claro, rodeado por lamparas incandescentes, que daban una azulosa luz mortecina. Ante él, se encontraban los altos mandos del escuadrón, sentados en una fila de mesas, como un jurado calificador. Al centro de la mesa, su padre estaba sentado, vestido con su uniforme de combate. El escuadrón Alfa-14, era el único regimiento que llevaba un uniforme distinto al resto del ejercito de la AS, el propósito de esta diferencia, era infundir temor en el enemigo. El Alfa-14, era el mas mortífero, preciso y despiadado escuadrón que se haya formado jamás, con un entrenamiento en supervivencia, combate cuerpo a cuerpo, y un conocimiento avanzado en armas, explosivos y vehículos de combate, era eficaz en un 99.9% de las operaciones. El uso de su uniforme fuera de combate, estaba penado con encarcelamiento militar, y a aquel que no pertenencia al escuadrón, y era sorprendido con un uniforme parecido, era condenado a pena de muerte. Pero esa noche, el General, y los miembros más altos, estaban ataviados con su uniforme de guerra, sentados con toda su autoridad, en medio de la nada.
   El padre de Jhon, fue quien rompió el silencio.
   "Hoy, estas de pie, frente al consejo mas poderoso de toda la AS. Y estas aquí por que has demostrado tener lo que se necesita para formar parte de uno de los grupos militares mas selectos. Desde la formación del Escuadrón Alfa-14, su propósito ha sido llevar a cabo misiones que no se pueden confiar a cualquier grupo armado, misiones de cuyo resultado depende el rumbo que toma nuestra constante guerra por la paz. Pero hay misiones que no se pueden delegar inclusive al Alfa-14, misiones que no alterarán la guerra, misiones que cambian el curso de la historia. Y por esa razón, se formó un grupo especializado, un grupo cuya existencia solo conocemos nosotros, y el Regente de la AS, un grupo de hombres entrenados para vivir por la Alianza, y velar por la seguridad del mundo. Y esta noche, eres llamado a formar parte de las filas de este grupo; pero no estas obligado, así que antes de continuar con todo esto, estoy en mi deber de preguntarte. Deseas dedicar tu vida al servicio de la AS, dejando a un lado todo aquello con lo que has crecido?"
   Todo eso le parecía un extraño sueño. Un grupo secreto en el Alfa-14? Cambiar la historia? No estaba seguro de entender nada de lo que escuchaba, pero se sentía alagado de que el General, y los consejeros de este, le extendieran tal invitación, inclusive, podía mirar en los ojos de su padre, un brillo de orgullo, y eso era lo que el buscaba. "Si, si quiero", Las palabras lo sorprendieron, por un momento pensó que alguien mas las había pronunciado; pero salieron sus propios labios. Su padre esbozó una sonrisa de satisfacción, pero enseguida recobro el rostro inmutado y serio que requería el momento.
   "El aceptar esta invitación conlleva un sacrificio muy grande, dejarás los estudios en la escuela militar, y no podrás tener contacto con tus antiguos compañeros,  no podrás mencionar esto a nadie, ni a tu propia madre. Los secretos de estado que te serán confiados, son de vital importancia para un orden de paz mundial, y quebrantar esta confianza, te sera penado con una pena de cadena perpetua, sin derechos, con el alimento suficiente para vivir y a merced de las inclemencias de la naturaleza. Escuchado todo esto, te mantienes firme en tu decisión de unirte?"
   Cada una de estas palabras perforaron su psique, y se alojaron en lo profundo de su mente, una gota de sudor helado corrió por su espina dorsal, estremeciendo su cuerpo; pero no podía rechazar una invitación tan excepcional, no podía defraudar a su padre, aunque eso significara traicionar la confianza que tenia en su madre. "Si, estoy seguro"
    "Entonces, a partir de este momento, pasaras a formar parte del entrenamiento del grupo Phantom, dejaras atrás todo el conocimiento que hayas obtenido, y seras capacitado para las misiones mas arriesgadas."
   El resto de la bienvenida constó de juramentos y más juramentos. Algo le quedó claro a Jhon, a partir de ese momento, su vida no volvería a ser la misma, estaba a punto de conocer lo que era sufrir, y vivir por la AS

Paz, Libertad y Muerte (2da parte)

    El joven encargado de instruir a Jhon en el uso avanzado de armas de asalto no pasaba de los 25 años, de complexión robusta, pero atlética, el señor Farawey, como se dirigía hacia el todos en el grupo Phantom, era un experto en armas, explosivos y tácticas de asalto. Desde el primer día había exigido de su nuevo tutelo una disciplina mucho mas rigurosa que en la escuela especializada. Después de dos meses de entrenamiento, Jhon era capaz de desarmar y armar cualquier tipo de pistola de escuadra con los ojos cerrados, y en un tiempo considerablemente corto. "Eso no es suficiente señor McAnsse!! Su padre se avergonzaría de usted si ve la porquería de trabajo que está haciendo!!", Los tutores de Jhon eran miembros activos del Escuadrón Phantom, o EP, como le decían ellos mismos de manera extraoficial. Ninguno de ellos rebasaba los treinta años, todos eran los mejores en lo que hacían, y esos seis hombres podían neutralizar a cualquier ejército rebelde casi sin ayuda externa.
     Los entrenamientos empezaban mucho antes del alba, y terminaban después del atardecer, cinco veces por semana, y, al igual que en la escuela especializada, los sábados solo se entrenaba medio día, a excepción del primer fin de semana de cada mes, en que el grupo tenia que salir a sobrevivir esos dos días, sin alimentos o más herramientas que una navaja de uso militar, y su uniforme de combate. Pero a pesar de todo el duro trabajo, Jhon se sentía como pez en el agua, le fascinaban las clases donde se impartían estrategias de avance, ataque, defensa, y retirada. " Nosotros no somos tontos, sabemos que somos lo mejor de lo mejor, pero también tenemos en cuenta que las cosas pueden salir mal, señor McAnsse, si usted no tiene un plan de retirada eficaz, será un valiente con un escuadrón acabado. Entendió?!". Por otro lado, le dolía portarse evasivo y distante con su madre, quien le preguntaba (cuando el General no estaba cerca) que clase de entrenamiento recibía, y le rogaba que no se dejara convertir en lo que su padre era: un ser sin conciencia ni remordimientos.
     Alice no cesaba en su lucha por hacer de su hijo un hombre diferente, aunque eso le obligara a ir en contra de los principios de la AS, con los cuales ella creció. Le recriminaba al General lo que estaba haciendo con su hijo, y le suplicara que lo dejara ser diferente, que entendiera que la paz se podía conseguir por vías pacificas, pero Albert era renuente a todo argumento. "No insistas con eso, si eso se escucha fuera de esta casa, serás llamada a corte marcial, y ten por seguro que yo no apelare por ti".
     Por otro lado, el general no hablaba de nada relacionado con el EP mientras estaban en casa, incluso el día después de iniciación de Jhon, no le dirigió palabra alguna de reconocimiento, o congratulación. Ese día, al despertar, Jhon se alarmó al ver que la matutina luz del sol ya se asomaba por la ventana de su cuarto, y dando un salto, se levanto de la cama, "El General me va a matar", era la primera vez que despertaba tan tarde desde que tenia memoria, recordaba lo ocurrido vagamente, como quien tuvo un sueño apenas importante, y un dolor punzante en las costillas lo hizo doblarse levemente. Pero al salir al comedor, se dio cuenta de que el General no estaba en casa, y su mamá apenas preparaba el desayuno (otra cosa a la que no estaba acostumbrado, siempre desayunaba en la escuela especializada). "Buenos días, espero que te sientas mejor, tu padre me dijo que estabas algo enfermo, y que por eso no asistirías a la escuela hasta nuevo aviso, te prepare el desayuno" -Gracias. Buen día mamá-. Entonces todo lo que suponía que había soñado, si ocurrió, el claro en el bosque, el consejo y su padre vestidos de combate, los tres chicos contra los que tuvo que pelear (hora se explicaba por que ninguno de ellos lo golpeó en la cara, no querrían que mamá se hiciera preguntas).El general no se apareció en todo el día, y Jhon paso la tarde en un ocio del que no se creía capaz. No fue sino hasta el día siguiente, un domingo, en que su padre lo llevo a parte y le dijo - A partir de mañana empezará tu entrenamiento, repórtate antes del alba en la explana principal, junto al asta banderas-. A partir de ese lunes, su entrenamiento inició, y conoció a la tropa más pequeña y mortal del planeta.

    Después de tres años de entrenamientos, golpes, hambre, sudor, y sangre, Jhon, fue llamado a una junta extraoficial dos semanas después de su cumpleaños. En la pequeña sala, se encontraba su padre, y los seis miembros del EP de pie. - Seamos breves Jhon, hemos considerado que tu rendimiento ha sido lo que se esperaba, y estas listo para formar parte de misiones reales, mañana mismo saldrán con rumbo a Bacnu-Ham, su misión es eliminar al líder de la resistencia en esa ciudad, sin una cabeza que los guié, los rebeldes no podrán hacer frente al Escuadrón Alfa-14. El señor Redmond te dará los detalles en el vuelo, por el momento, el entrenamiento queda suspendido, tiene el resto de la tarde libre. Honor y gloria a la AS!- Cuadrándose dio un taconazo y salio del lugar sin decir mas. Su primera misión real, esto no era un entrenamiento, donde fallar significaba recibir una patada en estomago, o un cachazo en la cara, no; si fallaban, perdían la vida, y ponían en riesgo el futuro de la AS, no podían fallar.
    El helicóptero militar partió de la base a las 1900 horas de la base Nortway, como simple expedición de reconocimiento, nadie se imaginaria que un grupo de 7 personas se infiltrarían en la ciudad mas grande con ocupación rebelde, para dar un golpe definitivo a la resistencia.
    -Así que el pequeño general parte a su primera misión, Hey, chico, quédate cerca de mí, y regresaras con vida-. De los seis, Mounds era el más intempestivo, con un carácter rebelde y despreocupado, había sido reclutado por fabricar una bomba con naipes antiguos, a los 23 años, con la que destruyó media escuela. Desde entonces, los miembros del Alfa-14 se encargaron de instruirlo en el uso experimentado y fabricación de explosivos, podía volar por los aires casi cualquier cosa. - Deja al chico en paz Mounds, si se queda a tu lado lo mas probable es que tengamos que despegarlo de las paredes con espátulas. Chico, no le hagas caso, si sigue vivo es por suerte, y por que le he salvado el trasero cientos de veces-. Freeman, el experto en comunicaciones y sistemas de información, era el mas joven, hasta la llegada de Jhon. La única persona que había sido capaz de irrumpir en el sistema militar de la AS desde una Laptop, brincó todos los sistemas de seguridad y modificó su expediente para liberar el servicio militar obligatorio; no habría sido descubierto si no hubiese sido por que el servicio se liberaba hasta los 17, y el solamente tenia 14 años. Cuando lo descubrieron, el General en persona le ofreció ingresar al Alfa-14, sin dejarle muchas opciones, de ahí, fue evidente que su talento y habilidad era digno del EP.
    -Tres minutos para el punto de salto, programando el piloto automático, altura, 780 metros, todo listo señor-. Al mando del poderoso helicóptero estaba Raven, un cabo que había demostrado aptitudes para el manejo de vehículos especializados desde la temprana edad de 12 años, era tanta su capacidad, que fue el primero en probar la nave de asalto F-619, alcanzando velocidades de hasta 11 match. -De acuerdo compañía, ya escucharon, tenemos menos de tres minutos para lanzarnos, si es que queremos caer en donde el señor Gisbson nos ha señalado, que, por lo que nos ha explicado, es el mejor lugar para aterrizar, cierto Gibson?"- -Cierto Señor!-. El oficial al mando era Redmond, un soldado destacado en liderazgo, estrategia y táctica. Una de las mentes más brillantes del mundo, con una capacidad de logística y organización realmente asombrosas. El oficial especializado en investigación y geografía era Gibson, capaz de memorizar cientos de mapas, rostros, planos y terrenos, era el encargado de planear los sitios de entrada, operación y retirada, de averiguar todo lo posible del enemigo, y encontrar los puntos débiles de estos.
    -Punto de salto a 55 segundos! Piloto automático programado, abriendo escotilla y preparando el paquete AT01, luz verde, repito luz verde para saltar!-. 3 minutos después, 8 paracaídas casi invisibles descendían en un pequeño valle, ocultos por la noche; y el piloto automático del helicóptero trazaba las coordenadas para aterrizar a mas de 5 kilómetros del lugar, dotado de un software de navegación diseñado por el mismo Freeman, era capaz de volar por si solo, de manera autómata, esquivando obstáculos, y buscando sitios apropiados para el aterrizaje.
    Siete de los paracaídas tocaron suelo maniobrados por los soldados; pero el octavo era un paquete de dos por dos por dos metros, en cuanto aterrizó, los miembros del Escuadrón Phantom, desarmaron la caja, y extrajeron 7 motocicletas plegables todo terreno. Las motocicletas, desarrolladas por la compañía privada más grande, y con mayor antigüedad, la Monroy Designs Compañy (MDC), eran un nuevo prototipo aprobado por el ejército, con contrato exclusivo. Pesaban la tercera parte de lo que una motocross normal, y trabajaban con energía eléctrica creada por una batería móvil de hidrógeno. El EP se montó en las AT001, y atravesaron de forma silenciosa y a gran velocidad, el terreno que los separaba de su objetivo, el líder rebelde Semm Lenahh.
Para sus adentros, Jhon pensó "Bien, General, hagamos que se sienta orgulloso de su hijo".

Paz, Libertad y Muerte (3era parte)

   Semm Lenahh, conocido por toda la resistencia como El León,  se paseaba desesperado por el salón presidencial de Bacnu-Ham, la ciudad que había quedado desierta después de que la AS organizara un ataque aéreo devastador. Eliminando tan solo 5 mil elementos militares que se encontraban en la ciudad; pero dando muerte a más de 2 millones de civiles. Semm se alisto al grupo rebelde después de haber perdido a sus tres hermanos en un enfrentamiento entre la AS y la resistencia. La AS localizó un pequeño grupo rebelde en lo profundo del bosque, y suponiendo que se preparaban para un ataque, enviaron a más de 200 elementos del Escuadrón Alfa-14. Los menos de 50 rebeldes se refugiaron en la aldea donde vivía Semm, quien era huérfano desde los 15 años y estaba a cargo de velar por sus 3 pequeños hermanos. Pero las fuerzas de la AS no se detuvieron, y exterminaron a todos en la aldea. Cuando Semm escuchó las explosiones y gritos provenientes de la aldea, se encontraba arando el campo que pertenecía a su familia, en el que trabajaba prácticamente de sol a sol. El corazón le dio un vuelco, y corrió tan rápido como pudo hacia su casa; pero era tarde, la aldea se encontraba devastada. Atravesó corriendo la pequeña aldea, sorteando los cuerpos sin vida de los que habían sido sus vecinos, por todo el lugar se miraba el poder de destrucción de la AS. Al llegar a su casa, una columna de humo le arrebató el aliento, el fuego se asomaba por las ventanas y puertas, y solo se escuchaba el crujir de la madera al ser devorada por el fuego. Después de mucho luchar contra las llamas, pudo abrirse paso hacia el interior de la pequeña casa, solo para encontrarse con tres cuerpos a medio calcinar, en los cuales aun podía verse el rostro de sus hermanos. Esa noche, después de enterrar en una pequeña ceremonia los tres cuerpos, Semm emprendió el camino a Lenuta, la capital rebelde, para enlistarse en el ejercito de la Resistencia. A partir de entonces, el joven se dedicó con determinación a llegar a ser el comandante de la Fuerza de Resistencia (FR), y lo logró.
   Acostumbrado a estar en situaciones de desventaja frente a la AS, El León había logrado forjarse un carácter frío y calculador; pero últimamente las cosas no iban bien, casi veinte años atrás, la AS había logrado tomar por asalto Lenuta, dando con esto un golpe incalculable a la FR, obligándolos a mover su base de operaciones constantemente. Y justo hoy, uno de los radares detectó por unos instantes un eco que se aproximaba por el este a gran velocidad, aunque había desaparecido a los pocos segundos, no se podían confiar, sabían que la AS tenia armamento y equipo muy avanzado, y eso lo inquietaba. -Señor, el eco ha desaparecido y no hemos detectado nada desde hace 4 minutos- -Muy bien soldado, manténgase al tanto, y envíe un grupo de reconocimiento, no quiero que nos equivoquemos-.

   A dos kilómetros de la ciudad, siete silenciosas siluetas atravesaban el bosque en total oscuridad. Equipados con el sistema de asalto más sigiloso conocido, podían trabajar sin luz alguna, con una visibilidad casi perfecta, y un sistema de comunicación indetectable. - Gibson, de el reporte de nuestra posición!- -Señor, estamos a menos de dos kilómetros de la ciudad, una vez ahí, podremos acercarnos al centro de mando por es sistema de alcantarillas- -De acuerdo, Freeman, que hay de los sistemas de vigilancia, hay algo de que preocuparse?-.Todos tenían un trabajo especifico, cada uno era un elemento importante e indispensable para el equipo, pero no se había hablado de que es lo que Jhon vendría a hacer dentro del EP, en realidad, estaba muy por encima de cualquier soldado de la AS en cuanto a combate y estrategia, pero no se había destacado en ningún campo mas que cualquiera en el Escuadrón Phantom. Cuando se lo preguntó al General, este se limitó a responder que pronto se le seria asignada una función específica, pero por el momento, se tendría que acatar a as ordenes de Redmond. Las indicaciones de Gisbson lo arrancaron de su cavilación. -Hemos llegado al limite de la ciudad señor, pero tenemos que avanzar medio kilómetro hacia el norte, ahí la seguridad es prácticamente nula.
 
   Dentro del centro de mandos de la FR, Semm recibía el informe del equipo de reconocimiento -Señor, todo despejado, no hay indicios de movimiento aéreo o terrestre- -Enterado soldado, diríjanse de nuevo a sus puestos- Todo indicaba que esa seria una noche tranquila, como las demás, pero Semm había sido apodado El León por un preciso instinto en el que siempre confiaba. Durante los combates en los que tomó parte, le resulto mucho más efectivo que cualquier equipo tecnológico que le pudiera brindar la Fuerza de Resistencia. Y esa noche, su instinto le decía que la noche estaba a punto de cambiar.

    Una vez dentro del complejo de drenaje de la ciudad, los siete miembros del EP avanzaron por el trayecto marcado por Gibson, tal como lo había dicho, los túneles tenían dimensiones casi colosales, construidas para desaguar una ciudad tan importante como esa; pero en esos tiempos se encontraban vacíos, La AS se había encargado de hacerle la vida lo menos tolerable posible a la resistencia, y sus primeros blancos fueron los sistemas de suministro de agua. La caminata fue larga, debido a la complejidad de los pasadizos entre túnel y túnel, y la distancia que habrían recorrido de haber ido sobre tierra se cuadriplicó, pero no había lugar para correr riesgos innecesarios. Cuando visualizaron la escotilla que los dejaría a menos de veinte metros del palacio de gobierno, donde se alojaba Semm, el corazón de Jhon empezó a latir con fuerza, ahora empezaba realmente la misión, lo demás, había sido un juego de niños.
   Una vez fuera del alcantarillado, el EP se dirigió al palacio gubernamental, fue fácil burlar la vigilancia. Gracias a un excelente trabajo de Gibson y Freeman, habían podido averiguar que la resistencia tenia en su poder 4 antenas radiofónicas de baja frecuencia, que, aunque eran algo arcaicas, eran lo suficientemente potente para detectar cualquier vehículo que se acercara a  Bacnu-Ham; pero el tiempo de rebote de señar era relativamente lento, lo suficiente para que un programa decodificador pudiera infiltrase a la segunda onda de sonido, borrando de la pantalla del radar el rastro del helicóptero. Y aunque el líder Semm hubiera mandado un grupo de reconocimiento para averiguar el eco en la pantalla, el equipo había puesto distancia de por medio sumamente rápido. Así que no esperarían que para ese momento ya estuvieran dentro del perímetro del cuartel de operaciones de la FR. Solamente Farawey se separo del grupo para tomar posición en un edificio alto de las inmediaciones, era un excelente francotirador, por no decir el mejor que alguna vez había entrado en el Escuadrón Phantom, y Redmond confiaba ciegamente en su capacidad de cobertura.

   -Soldado, haga reforzar el perímetro, y duplique las rondas- Por mas que intentó, Semm no pudo conciliar el sueño, algo no andaba bien, un eco no aparece por que si, y mucho menos viajando en línea recta hacia ellos a la velocidad que indicaba el radar. Cuando el soldado salió del despacho de su líder, sin duda pensando que debía estar volviéndose paranoico, acató las ordenes que recibió, había aprendido a no contrariar al El León. Así que sin vacilar se dirigió por los pasillos de lo que una vez había sido el edificio mas decorado de la devastada ciudad, atravesando los salones que aun dejaban ver la influencia morisca en su arquitectura, hasta llegar a la pequeña sala de control situada en una de las tres salas que antes fingían como bibliotecas. - Duplica la guardia del edificio, y enciende los reflectores secundarios- - Si señor-

   El grupo avanzaba reptando los últimos metros de césped que los separaban del muro del edificio, cuando inesperadamente un grupo de soldados salio a trote por la entrada principal, distribuyéndose en torno al edificio, apenas se lograron poner al resguardo tras unos arbustos cuando unos diez reflectores rasgaron la oscuridad, iluminando todo el patio interno del complejo. En ese momento Redmond entendió que la misión se acababa de complicar y tenían que actuar con rapidez. Por fortuna para ellos, el entrenamiento del pequeño fue en avance mucho mas pronto de que esperaba, permitiéndoles ejecutar la misión antes de lo previsto, el joven Jhon cumpliría un papel muy importante esta noche.
   Entraron por una ventana que dirigía al sótano, según las indicaciones de Gibson, tenían que subir dos niveles, y atravesar varios salones para poder llegar a la habitación principal, donde se encontraba El León. A partir de este punto, la comunicación se tornaría totalmente silenciosa; cada uno apagó su transmisor, y avanzaron siguiendo las indicaciones de Redmond.

   El oficial a cargo de la vigilancia presentaba un informe a si jefe, todo en estaba en la mas absoluta calma, y el perímetro asegurado.

    Los 6 miembros restantes del EP ya habían llegado al nivel en que se encontraba la habitación de mando,  en ese punto, Mounds se separó del grupo tras recibir una orden de su líder, su trabajo consistiría en asegurarse que Semm no escapara con vida de ese lugar, aún si eso significaba tener que echar abajo el edificio. Y Raven buscó una posición segura en el tejado del edificio, para tomar el control del helicóptero en cuanto este llegara, como siempre decía Redmond, la ruta de escape debía de ser lo mejor planeado de una misión. El resto del equipo siguió avanzando en la dirección que Gibson mostraba por medio de comandos señalados. A la mitad del recorrido Freeman tomó su lugar de vigilancia, y Gibson,  Redmond y Jhon siguieron avanzando, el camino estaba despejado, al parecer todos los soldados se encontraban resguardando el exterior, y, de acuerdo a Gibson solo había 2 guardias de puesto dentro del cuarto de comando, tres objetivos en total. Siguieron avanzando sin complicación alguna, y antes de dar vuelta en el último pasillo que los separaba de la habitación a la que se dirigían, Gibson recibió la orden de tomar posición, así que solo avanzaron Redmond y Jhon. Cuando doblaron la esquina del pasillo, se encontraron ante un obstáculo que no había estado previsto, a Jhon se le heló la sangre.
  Parados a unos metros de la puerta de la habitación principal se encontraban de pie dos figuras humanas, ambas miraban a los dos soldados armados con los ojos abiertos por la sorpresa, encapases de moverse, los dos habían sido testigos en ocasiones pasadas lo que eran capaces de hacer los soldados que portaban una insignia de la AS.  Frente a Jhon y su líder se encontraban lo que debían de ser voluntarios para atender las necesidades de los rebeldes del cuartel. La mujer aferró la mano del pequeño, y, aunque no pudo articular palabra alguna, sabia que pedir clemencia a esos asesinos era inútil, lo único que pudo hacer fue encomendar su vida y la del pequeño a Dios.
    El mayor Redmond avanzó hacia los dos voluntarios, con la mano derecha levantada y extendida, haciendo ver a la mujer que no haría nada contra ellos; pero su mano derecha se posó detrás de su espalda, cogiendo una de las armas más silenciosas con las que contaba el ejército de la AS. Los ojos de la mujer estaban fijos en la mano levantada del soldado, paralizada del terror que sentía, pero albergando una esperanza al ver que este se dirigía hacia ella con una sonrisa tranquilizadora. Cuando Redmond llegó a un lado de la mujer, la rodeo de forma tranquilizadora con un brazo, ella no puso resistencia, de un extraño modo, ese soldado le inspiraba confianza; pero en ese momento el mayor desenfundó su arma, y sin darle momento de pensar, disparo directamente a la cien de la mujer. Esta se desplomo en el suelo, en un charco de sangre que cada vez se hacia mas grande, su cuerpo aun daba pequeñas convulsiones cuando el niño se arrodillo para abrasarla. Jhon no podía dar crédito a lo que miraba, su líder acababa de matar a sangre fría a una inocente civil, eso no era parte de los valores que le habían inculcado en la Escuela militar especializada; pero todavía no había visto nada.
   Incrédulo, observó cómo Redmond apuntaba su pistola, esta vez contra el pequeño, y sin darle tiempo de hacer nada, apretó el gatillo, el apagado y apenas audible sonido del arma al escupir el mortal proyectil. El cuerpo del pequeño cayó sobre el de su madre, y el charco de sangre se volvió más grande al fusionarse con el de la mujer. Jhon avanzó hacia los dos cadáveres, y aunque no pronunció una sola palabra, Redmond le hizo un gesto imperante de que guardara silencio, y no cuestionara. Pero el hijo del General no podía dejar de cuestionar lo que acababa de ver " Acaba de matar a dos civiles, y uno es un niño! Nuestro objetivo es el líder rebelde, no asesinar inocentes!" A pesar de eso, una parte de su entrenamiento militar le decía que su jefe hizo lo correcto, no podían permitir que un grito de ellos alertara al enemigo de su posición, y dado que eran un grupo de élite, no contaban con armas no letales.
   Superando su aberración por lo ocurrido, su entrenamiento militar tomó el control de su ser, y recordó que el éxito de la misión era de vital importancia, así que se dispuso a seguir las ordenes del líder. Redmond rompió el silencio por primera vez desde que se encontraban dentro del edificio, y activando su comunicador, le indico a Jhon que hiciera lo mismo. Por el radio, Redmond dio órdenes apenas audibles de lo que habría de hacer. Farawey ya estaba en posición, y estaba reportando la ubicación de los dos guardias dentro de la sala de mando, así como la de Semm. -De acuerdo Farawey, a mi señal derribaras a los dos guardias, McAnsse se encargara de El León, y yo cubriré desde este punto, en cuanto escuchen los cristales rotos, este lugar se llenara de rebeldes. Equipo de retaguardia, entendió la orden?- -Copiado señor- -Fin de la comunicación-. Todos apagaron sus equipos, menos Jhon y Redmond, y posicionaron a los lados de las puertas; pero antes de entrar, Redmond indico a su tutelo que se acercara.
   -Escucha chico, el General quería que tu solo te encargaras de El León; pero si se complican las cosas, estaré de este lado de la puerta, solo pídeme ayuda, entendiste?- - Si señor!- La desconfianza que su líder le había inspirado momentos antes se disipó con ese gesto, ir en contra del General, aunque fuera en algo tan pequeño era muy arriesgado, y sin embargo, su jefe estaba dispuesto a hacerlo por el. -De acuerdo señor McAnsse, Adelante!-
   El joven soldado entro en la habitación con la agilidad que había adquirido en su entrenamiento; pero una vez adentro, se dio cuenta de que algo iba terriblemente mal, dentro de la habilitación solo se encontraba Semm Lenahh, y por el estado intacto del vitral, se dio cuenta de que Farawey no había disparado contra nadie. Esa visión lo dejo helado, apuntando su arma hacia el líder rebelde, que tenia los brazos levantados en señal de rendimiento, y en su rostro se dibujaba una expresión de sorpresa, mas no de miedo. Al saber que no se encontraba nadie escondido en la habitación, utilizo su radio para comunicarse con Redmond. -Señor, aquí McAnsse, creo que algo no ha ido bien, tengo al objetivo, pero no había nadie mas en la habitación- Silencio, nadie contestó por el radio. Después de varios intentos, Jhon se percato de que las cosas estaban peor de lo que pensaba.

   Del otro lado de la puerta, el oficial que debía de prestar apoyo se había retirado, al igual que el resto del equipo, en ese momento, todos llegaban al techo del edificio, esperando a que el helicóptero de combate hiciera tierra. Cuando por fin subieron, el helicóptero tomó altura, se escucharon algunos disparos, y Redmond vería por la compuerta abierta el caos que reinaba en el perímetro del edificio. -Mounds, cuanto tiempo tenemos antes de que todo el edificio vuele?- -5 minutos señor.-. "de acuerdo, el trabajo está hecho, hasta nunca, generalito".


Paz, Libertad y Muerte (Parte Final)

   El general se paseaba desesperado por la estancia de sus oficinas, en el cuartel general del escuadrón Alfa-14, era mas de media noche, y las instalaciones estaban vacías, su subalterno estaba a punto de llegar. Después de tres minutos, el mayor Redmond se cuadro ante el general en el arco de la puerta. -Señor- -Pase mayor, no tengo mucho tiempo, así que seré breve- La practicidad era uno de las muchas virtudes de las que se enorgullecía el general, y nunca perdía su valioso tiempo con rodeos.
   -Como sabrá, el consejo superior ha llevado un seguimiento minucioso del avance de mi hijo, y han descubierto que los resultados son impresionantes, y, francamente, si lo son- Como siempre, Redmond se sentía perdido al iniciar una charla con el General, así que hizo lo que siempre hacia, esperar.
  -Como era de esperarse, dieron su aprobación para convertir al joven Jhon en mi sucesor, cuando yo ya no este en disposición de ostentar mi cargo- Todo lo que el general le estaba diciendo era de dominio publico, realmente no esperaba que le dijera esto en una "reunión urgente y privada", a la cual le había convocado hacia escasos 15 minutos.
  -Pero lo realmente alarmante, es que una fuente (muy confiable, por cierto) me ha dicho que el consejo quiere poner a Jhon en el mando este año, destituyedome a mi- Eso si era una sorpresa, el general Albert McAnsse había sido una de las piedras angulares del Alfa-14, y lo mas importante, creador del Escuadrón Phantom, el mas secreto u letal grupo táctico especializado, le era imposible asimilar que el Consejo superior decidiera sustituirlo sin mas, y mucho menos por un inexperto, aunque asombrosamente habilidoso, joven!.
  -Señor, eso debe de ser un error, tal ves su contacto escuchó mal-
Sabia que eso era muy poco probable, McAnsse no elegía a sus contactos al asar, y menos para espiar ni mas ni menos que la junta del Consejo Superior, la máxima autoridad militar de la Alianza Superior.
   -Deje de cuestionar mis contactos, y remítase a cumplir las ordenes que le serán asignadas. Como recordara, le hemos seguido la pista a Semm Lenahh hace mas de un año, y por fin sabemos donde se encuentra-
No hacia falta que el General pusiera al corriente a Redmond de dicha investigación. Uno de sus hombres era el encargado de hacerla.
  -Pues bien oficial, creo que es el momento de caer sobre El León,  y sera Jhon el encargado de esta difícil misión-

   De pie ante el temido Semm Lenahh, Jhon no daba crédito a lo que ocurría. Afuera se había deseado un caos, el sonido de un helicóptero, el inconfundible sonido de su helicóptero, se había intensificado sobre el edificio, y unos segundos después, el rumor de las aspas se alejaba hasta dejarse de escuchar.
  -Tu equipo te ha abandonado, que no te sorprenda, es lo mas que se puede esperar de la AS.- Semm permanecía con los brazos en alto, pero la sorpresa de su cara ya no estaba.
   -Silencio. Mis Ordenes son matarte, no me obligues a apresurarme!- Pero Jhon sabia que no podía acabar con la vida del rebelde, si en verdad lo habían abandonado, el seria su única esperanza de salir con vida de ahí. 'No, no me pudieron haber abandonado!"
   -Escucha, mi gente se dirige hacia aca en este momento, es cuestión de minutos que lleguen, no me hagas daño y me encargare de que te dejen ir; pero, si lo piensas bien, A donde podrías ir? tu equipo te ha abandonado.
    -Silencio!- Jhon sabia que lo que El León decía era verdad, no podía hacer nada, estaba a su merced; pero no había sido entrenado para ser manipulado por un líder de tercer mundo. -Escucha, vas a tomar la radio y les dirás a tus hombres que no se acerquen, de lo contrario seras hombre muerto- Jhon sabia que devia ganar tiempo.

   Fuera de la habitación, distribuidos estratégicamente y escondidos a la vista, se encontraban 7 detonadores de C4, un explosivo plástico. Suficientes para echar abajo todo el complejo. Y en cada detonador, un cronometro llevaba una cuenta regresiva:  4:09. 

  -Toma el radio y dile a tus hombres que no se acerquen!- La desesperación del momento había cesado, y ahora Jhon empezaba a pensar con la claridad y frialdad que le habían enseñado. "Si consigo salir del edificio, y llegar al alcantarillado, seré libre" Lógicamente, una vez fuera, cumpliría con el objetivo de la misión.
   -Escucha Jhon, se quien eres, el hijo del gran general McAnsse- En la cara de Jhon se formo una mueca de asombro, como era posible que este pelafustan estuviera al tanto de eso? -Antes que lo preguntes, déjame explicarte, ustedes poseen una gran ventaja, espionaje tecnológico, ni en sueños estaríamos al alcance de su tecnología; pero se olvidaron de algo mucho más importante: el factor humano. Gracias al cielo, no todos en la AS piensan como tu padre. Algunos esperan lograr la paz, por medio de la vía pacifica, y ven la guerra como lo que es, un medio aberrante para obtener poder.-
"De que esta hablando este hijo de..."
   Y nosotros hemos logrado contactar con algunas de esas personas, para nuestro asombro, una de ellas fue la que nos contactó a nosotros: El señor Leminn.
-Que?!- Jhon no podía creer lo que escuchaba.

  William Andree Leminn, mejor conocido por todos como el Senor Leminn, era el único civil dentro del Consejo Supremo. Llegó a esa posición después de demostrar ser un sabio consejero, prudente, y sobre todo, discreto. Se había hecho de la confianza del General McAnsse, y este le consultaba muy seguido, a pesar de que la mayoría de las ocasiones, terminaban en una acalorada, pero pacifica discusión, el General consideraba débil la opinión pacifista de Leminn. A Jhon le costaba trabajo creer que un hombre de la talla y el poder de Leminn hubiera contactado a los rebeldes, más aún sabiendo lo sanguinarios y despiadados que eran.

   -Escucha Jhon, Leminn nos ha tenido informados de lo que pasa en la AS, aunque debo admitir que esta misión no la teníamos contemplada. También nos ha dicho que tu padre seria destituido del cargo, y en su lugar te pondrían a ti. Una mente joven que trajera una esperanza a la perdida AS.-
   -Guarda silencio y da la orden que te di por el radio, Ahora!-
   -Tienes que escucharme Jhon, el General no es quien te han enseñado, ese hombre ha ordenado la muerte de cientos de miles de civiles, y ha enseñado eso a sus soldados, tu mismo has sido testigo, afuera de estas puertas están dos cadáveres como prueba- Cuando Jhon interrumpió en el recinto, Semm estaba de frente a la puerta, y por un momento pudo observar a los dos cuerpos inanimados que yacían en el pasillo, sobre un charco de sangre carmesí. Al mencionar al chico y su madre, Semm notó como se estremecía el cuerpo del soldado. Había tocado una hebra sensible.

   Los guerrilleros de la Fuerza rebelde, entraron en el edificio, e inspeccionaron cada habitación. De pronto, uno de ellos llamó al jefe de seguridad, habían encontrado 7 explosivos con C4 ingeniosamente escondidos en las columnas. El cronometro de los detonadores seguía su cuenta regresiva. 2:59

   -Jhon, hay gente en la AS, gente con mucho poder que desea terminar esta guerra, y tiene mas de un año negociando con nosotros. Están cansados de derramar sangre inocente. Recuerdas cuando fue el ultimo ataque rebelde?- "fue hace... más de un año" La perplejidad era visible en el rostro del pequeño general. -Asi es Jhon, fue antes de que nos contactara Leminn, desde entonces nosotros tenemos una tregua para mostrar nuestra disposición, y Leminn había logrado que la AS no atacara. El único que no estaba de acuerdo con todo esto, era el General. Por eso te mandó a ti a matarme, en una misión suicida. No lo entiendes?- "No, no puede ser" Sin embargo, todo lo que decía el rebelde encajaba a la perfección, la falta de muestras de cariño de su padre, los secretos, y el que lo dejara abandonado su equipo, todo. Pero Jhon se resistía a creer, la lucha que se había desatado en su interior al ver morir al niño, tomaba mas fuerza con las palabras del rebelde, si todo lo que decía era cierto, su padre no había estado defendiendo a la AS, sino sus propios intereses. Entonces recordó las insistentes palabras de su madre, ella siempre lo había amado, y le suplicaba que no se convirtiera en el asesino que era su padre. "Tu no sabes quien es el, es capaz de cualquier cosa por la AS, no caigas en lo mismo, por el amor de Dios". Jhon no podía desconfiar de su propia madre. Poco a poco se iba desmoronando el ímpetu del joven soldado, y sin darse cuenta, el brazo que sostenía el arma apuntando hacia Semm, había descendido casi por completo, su mundo se desmoronó por completo.

   Los 4 rebeldes que conocían los detonadores ya habían logrado desactivar la mayoría de ellos, solo quedaban dos, pero el reloj seguía contando hacia atrás, solo tenían un minuto con veinte segundos para desactivarlos.

   Semm había bajado los brazos y se encontraba de pie ante el gran escritorio de caoba del despacho. Frente a el, el hijo del General se batía en una lucha interna por lo que acababa de escuchar. -Escucha Jhon, podemos aclarar todo esto, pero si me matas, no tendrás oportunidad alguna.
   -Señor, Ajheb reportándose, hemos encontrado 7 detonadores con C4, 6 han sido desactivados, el perímetro esta asegurado, se encuentra bien usted? un grupo se dirige hacia allá. Cambio-
Jhon volvió a apuntar el arma hacia el líder rebelde -Dígales que no vengan, hágalo ahora- -Está bien Jhon, pero tranquilízate, Ajheb, Habla Lenahh, todo está en orden, no dejes que tus hombres se acerquen al despacho, entendido- La orden parecía haber tomado por sorpresa al jefe de seguridad -Señor, esta usted seguro?-  -Dije que nadie venga!- y Semm dejó el radio en el escritorio nuevamente. -Listo Jhon, nadie nos molestara, ahora, por favor, baja el arma.
   -Yo soy quien da las ordenes!- "Por que no desactivaron los detonadores?" Jhon se resistía a aceptar lo obvio, todo había sido una emboscada. Al parecer Semm tenia razón, con esta misión el General mataba dos pájaros de un tiro, eliminaba a la resistencia, y a su sucesor, dándole vía total al dominio de la guerra.
  -Nosotros podemos lograr un cambio, no lo entiendes, eso mismo ha visto Leminn, yo estoy a cargo de las naciones rebeldes, y tu eres el sucesor del mando del ejercito Superior, si trabajamos juntos, podemos lograr la paz sin derramar mas sangre!- Jhon sabia que era cierto, incluso intuía que el joven líder hablaba con honestidad, pero su entrenamiento le recordaba que no podía confiar en el. Pero su entrenamiento también decía que nunca se abandona a un hombre en el campo de batalla, Cierto?
   -Escucha, si te mantengo con vida, es por que no puedo salir de aqui. Si todo lo que dices es cierto, una vez libre lo comprobaremos, pero por ahora eres mi rehén, le dirás tus hombres que me consigan comunicación con el escuadrón Alfa-14-
   -Y que harás? preguntarle a tu padre si te quería matar? Si todo esto era una emboscada? En verdad crees que te dirá la verdad? Escúchame, en cuanto se entere de que estas vivo, enviara a todo el Alfa-14 a deshacerse de ti. Nuestras comunicaciones no son seguras, están intervenidas, acaso crees que no lo sabemos? No hay manera de que contactes ahora con Leminn, confía en mi. Debes de ir directamente al Consejo Superior para ser nombrado General. Nosotros te podemos ayudar. "Diablos! Odio que este tipo tenga razón!" Pero así era, Todo lo que Semm decía era coherente. Y ek recuerdo de su madre se hacia cada vez mas fuerte, sus palabras hacían eco en la conciencia del chico.

   -Señor, este detonador es diferente, tiene un transmisor integrado, si no hacemos lo que se debe a la primera, sabrán que estamos intentando desactivarlo, y lo detonarán-  Ajheb sabia lo que eso implicaba, no podía poner en riesgo la vida de Lenahh,; pero no había otra cosa hacer y el contador seguía. - Haga lo que tenga que hacer!- 0:55

   Jhon no terminaba de creer la decisión que estaba tomando. Dejando a un lado la chirriante sensación de sentir que estaba haciendo lo contrario a lo que debía de hacer, las palabras de El León eran del todo ciertas, y concordaban con la descripción que Alice le había dado siempre de su padre. -Escucha, confiaré en ti, me ayudaras a salir de aquí, e iremos directamente con Leminn, de acuerdo?Semm supo que había logrado convencer a Jhon. -De acuerdo, diré por el radio que nos despejen el camino- Pero antes de que lo pudiera tomar, el radio emitió un característico sonido, y la voz de Ajheb se escuchó. -Señor, es mejor que se ponga a salvo, el ultimo detonador tenia un cable trampa, no lo hemos podido desactivar, código A-7- Los dos sujetos se miraron apenas por un segundo, y Jhon dio media vuelta para buscar un refugio, en ese momento, una detonación ensordecedora se escuchó, tuvo la sensación de ingravidez por un segundo, y después cayó dolorosamente al suelo, se colocó en posición fetal, esperando que la onda de destrucción alcanzara el lugar; pero nada pasó. Un leve hormigueo le recorrió la espina dorsal, y una sensación de tibieza le inundó la espalda y el pecho, al voltear hacia el, se dio cuenta que había un profuso aujero en su traje del EP, y de el, manaba un espeso liquido rojo.

   Cuando el guerrillero logró desactivar el ultimo detonador, Ajheb dio un aliviado suspiro, solo quedaba avisar a su jefe; pero por la orden que éste le dió unos momentos antes, el jefe de seguridad se había dado cuenta de que Lenahh no estaba dolo, y, quien quiera que se encontrara con el, parecía estarlo amenazando. Asi que advirtió que el detonador no había sido desactivado, esperando crear una distracción para el sujeto que tenia amagado a su líder. Al final de la advertencia agregó el código A-7, parte de una gran lista creada por El León, este código lo utilizaban para indicar que la situación era contraria a la informada. Cuando Jhon se giro para buscar un resguardo, Semm vio la oportunidad y tomó un viejo revolver Magnum .357, y sin más, disparó a la espalda del soldado. La bala penetró justo a un lado de la columna, y una vez dentro, la punta ahuecada del proyectil se dispersó, destrozando el pulmón derecho, y dejando en el pecho del joven un gran agujero.
 
   Cuando Semm se acercó a el, Jhon apenas si estaba cociente, el dolor en la espalda y pecho era intolerable, y apenas si podía respirar, sabia que no le quedaba mucho tiempo de vida. -Me sorprende que en realidad hayas decidido confiar en mi, y de hecho, me alaga. Para que quede en el registro, todo lo que te dije es verdad, excepto claro, el que tu padre fuese a ser destituido. Leminn se encargó de que se lo tragara, hacia un doble espionaje, mientras nos mantenía informados a nosotros, le hacia parecer al General que era el único en quien podía confiar. Y cuando éste se entero de la supuesta sustitución.. bueno, sabes la historia. Por cierto, nuestro intento de trabajar juntos por la paz, olvídalo quieres?- Y dejando al agonizante soldado, se dirigió a grandes zancadas hacia la central de control.

  Mientras Jhon moría, el General se encontraba en su despacho privado, seguro de que la misión habia sido un éxito, como se lo había informado Redmond. -General, su hijo y Semm Lenahh han sido dejados en el palacio gubernamental, las cargas de explosivos detonaran en menos de 7 minutos- Quería a su hijo; pero la seguridad de la AS era prioridad, no podía dejar que un joven inexperto tomara el control del ejercito. El sonido de su radio-comunicador lo despertó de sus pensamientos.
   -General? Tenemos un problema, los explosivos no han detonado, repito los...- La comunicación se cortó, igual que la luz del despacho. Albert, conocedor de como operaban los equipos especiales, supo de inmediato lo que ocurría. dos segundos mas tarde, por las ventanas y puertas entraban hombres armados, y al detectar su blanco, abrieron fuego, asesinando de forma instantánea al General.

   30 Horas después del asesinato de Albert McAnsse,  La AS hacia entrega de su ejercito a la Fuerza de Resistencia, y el mundo se sumía en la Dictadura mas sangrienta, brutal y devastadora conocida por el hombre.

Fin 

11 de enero de 2010

El señor tiempo y la señora vida

   Hoy me senté, y esperé; esperé a que pasara pasara el señor tiempo, caminando incómodamente en medio de la calle, casi arrastrando los pies, con su barba larga y gris, descuidada, casi harapienta, y mientras el pasaba, bajo el cielo color verde jade, moteado de nubes moradas, y arcoiris rectos, y yo estaba sentado esperando; alguien, en alguna ventana, puso un disco, de esos discos viejos, que sueltan notas dulces por doquier. Y por un momento, el señor tiempo se detuvo, ahí, parado a media avenida, levanto su rostro, con sus ojos entrecerrados por la luz del sol, busco de donde salían esas notas dulces, coloridas, que danzaban en un frenesí de alegría.
  Y mientras estaba yo ahí, sentado, esperando, pude ver como de la ventana de una casita, algo roída por el pasar de los años, se asomaba una mujer ya vieja, de rostro alegre, pero surcado por el paso de días y meses; de esa misma casa brotaban las notas de aquel alegre vals de color.  Aquella alegre mujer, cuyo torso asomaba casi amenazante por la ventana, agitaba los brazos y gritaba algo que, aunque llegó a mis oídos bastante audible, solamente el señor tiempo pudo entender. El rostro se le iluminó de pronto, se irguió,  y con un destello en sus cansados ojos, dio la media vuelta; mientras yo estaba sentado ahí, esperando.
   Los pies desnudos del señor tiempo, maltratados por el camino, echaron a andar, uno tras otro, de regreso por donde había venido, primero con un paso trémulo, inseguro; pero conforme iba avanzando, sus pies recuperaban agilidad, su barba perdía el color blanco cenizo, y sus hombros se enderezaban y fortalecían; el señor tiempo estaba regresando; y yo seguía ahí, sentado, esperando.
     Por fin llego al portal de aquella pequeña casa, blanca, bañada de los rallos del rojizo sol; pero la señora de la ventana no estaba, la música ya no sonaba, y las notas dulces que habían salido antes, ya no se miraban por ningún lado, más el señor tiempo esperó. Por fin la puerta de madera, con acabados curiosos, y detallados, se abrió, y la viejecita alegre salio al encuentro del señor tiempo, que ahora era un hombre jovial, rejuvenecido.
   Y mientras yo esperaba sentado, al pie de mi casa, miré el amor reflejado en los ojos de esa singular pareja, la ternura con la que el señor tiempo tomo las manos arrugadas y frágiles de la mujer, y las acarició.  Ella escondió su rostro, avergonzada de su aspecto, pero el tomó con su mano la barbilla de la anciana, y mirando sus ojos, para sorpresa mía, y de aquella mujer, la besó.
   Y es difícil saber que fue lo que sucedió, por que al apartar sus labios de los de el, ella ya no era una mujer vieja, era una alegre jovenzuela, de manos tersas, de mirada viva, y de cabello frondoso. Entonces, el señor tiempo tomo la mano de la joven, y juntos entraron a la también renovada casita, cerrando la puerta detrás de si. Y yo esperaba ahí, atónito, sin creer lo que veía: la casita poco a poco se desvaneció, dejando un campo de coloridas flores en su lugar. Ya no había rastros del señor tiempo, ni de su bella amante, la señora vida.
   Pero no fue sino hasta que te vi doblar la equina, que comprendí todo lo que había pasado, y me alegré, por que eres tu lo que yo estaba esperando, y ahora podremos pasar toda nuestra vida juntos, sin que el tiempo haga estragos en nuestro amor.

4 de enero de 2010

Te compro una mirada, si, una sola mirada; o, no, espera, mejor véndeme un abrazo tuyo, pero uno que no se acabe.
No?
Entonces alquilame tu mano por un momento, quiero entrelazar tus dedos con los míos, aferrarme a ella como si de eso dependiese mi vida.
O es acaso que ni eso merezco?
Te llevaras nuestros sueños, nuestros anhelos, o los dejaras aquí?
Está bien, no te preocupes, lo comprendo
Si quieres puedes irte; pero antes, acércate, déjame mirar tus ojos, prometo no acercarme demasiado, solo quiero verme en ellos una ultima vez...

Lo ves!! ahí están, ahí están atrapados!! por que no los dejas salir, por que los reprimes, Es tanto el dolor acaso?
Si, se que si lo es; pero, pero, ahí están, como puedes ignorarlos?
Sé que algunos llegaron  ser dolorosos, pero también los hubo alegres, joviales, son tantos recuerdos..

De acuerdo, pararé de una vez, y te dejare partir' aunque; no veo que te quieras ir, y desde hace rato sostengo tu mano, y no has reprochado por eso.
Lo ves? tus mejillas se han encendido, y tus ojos se pusieron vidriosos; espera, Por que tiemblan tus labios?

Es por eso? entonces acércate, amada mía, y déjame sellarlos con los míos.