27 de septiembre de 2010

Falsa poesía

   Con el alma desnuda y el corazón de rodillas,


   con los deseos de muerte y el anhelo de vida,

   con los brazos extendidos y la mente cerrada,

   así espero por ti, escribiendo poesía barata.


   Nunca me consideré poeta, ni trovador,

   ni siquiera escritor de los malos y simples.

   Y aún así me atrevo a escribir estas miseras lineas, 

   para llenar tus cajones de cartas tristes.


   Y solo lo hago por que me duele verte suspirar por ese otro,

   aquel con porte galante, y mirada perdida.

   Las escribo por que así puede que duela menos, 

   duela menos perderte a ti, niña.


   Habrá quien se burle, y quien no lo aprecie,

   podrá ser que tu misma ni siquiera te intereses.

   Mas el día que yo muera recordaras todo esto.

   Abrirás el cajón, y se que por las noches, cuando nadie te vea, lloraras en silencio.


   No me malinterpretes, no es nada contra tuya,

   muy por el contrario, el coraje es mio, de mi yo hacia mi yo.

   De no haberte jamás enamorado, de no poderte haber conquistado,

   de obtener de tu boca solo el sabor del dolor.


   Me despido a mi pesar de este papel, que siendo sinceros, es lo mas que me acercaré.

   Le imprimo mi dolor, mi frustración, mi coraje y mi desamor.

   Las coas buenas, deja quedármelas yo, 

   para llorar por la noche por ellas,

   para llorar de amor.

14 de septiembre de 2010

La niña tonta

   Hoy todos mis compañeros me llamaron tonta, y se rieron de mi por temerle a la oscuridad; dicen que es de niños de 7 temerle a la oscuridad, y como yo ya tengo 11 no puedo. Ellos no entienden que no le tengo miedo a lo oscuro, yo le tengo miedo a que se haga de noche; por que de noche, en mi casa, aparece un demonio. Mi amigo Felipe dice que me entiende, que a el también le da miedo el monstruo que vive en su armario; pero yo no le temo a los monstruos desde que tengo 10, no, yo le temo al demonio que llega a mi casa después de que anochece.
   Y de verdad me siento algo tonta aquí encerrada, Felipe me dijo que el de donde vienen los monstruos es el armario; pero es donde el demonio nunca busca. Aveces se que esta aquí por que sus gritos se escuchan en toda la casa, "sal de donde estas" me grita; pero yo no hago caso, solo me escondo aquí y lloro quedito para que no me escuche. Otras veces es mi hermana la que me esconde cuando yo ya estoy muy dormida,  "shhh, sin hacer ruido, ok?" me dice, y después ella se va a enfrentar sola al demonio.
   Ella es más grande, y es más inteligente, y más valiente. Desde que murió mamá, ella es la que se enfrenta al demonio. Pero no siempre gana, aveces la escucho gritar muy fuerte, y me dan muchas ganas de salir a ayudarle; pero ella me ha dicho que no lo haga, por que el demonio me puede hacer daño, y como ella es más inteligente, me aguanto las ganas y me quedo aquí hasta que todo se calma, y ella viene a recogerme de mi escondite.
   Una vez, la escuché llorando en el baño, y cuando me asome vi que el demonio le había dejado marcas en la espalda, eran muy feas, y parecía que le dolían mucho. Ella me vio y me dijo que no le contara a nadie, por que el demonio se podía enojar y tratarnos muy mal, así que no se lo conté a nadie, ni a Felipe, que es mi mejor amigo en todo el mundo.
   Lo que me pone muy triste, es saber que no puedo odiar al demonio, ni olvidarme de el (Felipe dice que eso ayuda, aunque a el no le ha servido de nada), por que yo se que el demonio no siempre ha sido malo. Aveces el demonio me tomaba en sus brazos y me alzaba hasta el cielo. Y aveces me hacia cosquillas con sus brazotes de gigante. Y aveces me regalaba paletas del tamaño de mil paletas, cuando no era malo.

 
   Eso es lo que me hace llorar más que todos los gritos, saber que el demonio antes me quería. Aveces pienso que yo fui la que lo hizo malo, pero no se que pude haber hecho para que me dejara de cargar, o de regalar paletas; y me pongo a llorar.

   Aveces me siento tonta por llorar, y me pongo más triste por eso.

   Y cada que me escondo aquí, me da tristeza acordarme de cuando el demonio se portaba bien conmigo. Y me da tristeza acordarme cuando a ese demonio no le decíamos demonio, le deciam...


...shhhhh!!! Ahí viene papá.

13 de septiembre de 2010

una vez...

... conocí a una chica que hablaba mucho, y se reía bien padre,


ella se me hizo sangrona primero, y luego no,


después nos hicimos amigos, y la amé como amiga,


luego me enamoré un poco de ella, y luego otra vez la amé como amiga,


luego salimos mucho con otra amiga, y luego no,


y hace un tiempo, ella me dijo que me daría una camisetita, y también dijo que me traería unas piedras;


pero hasta el día de hoy, esa camisetita y esas piedras no han llegado,


y, aunque nunca las he tenido, hoy me hacen mucha falta en mi vida :P


tan tan



escrito por el niño monroy

3 de septiembre de 2010

FUFU!

No se por que, pero escribiendo me acorde de mi amiga Fernanda, alias, Misha. Va para ti chamaca  

 La hora de dormir ha sido muy valiosa para EL estos últimos días, el estrés, el cansancio, tareas, trabajo;  todo lo que hace al sueño un descaso valioso y preciado. Por alguna razón, sus sueños se han tornado algo raros en un principio, despierta con la incertidumbre de no saber qué era lo que soñaba; pero sabiendo que no era nada agradable. A decir verdad no le toma mucha importancia, desde pequeño ha tenido pesadillas, y algunas de ellas recurrentes, nada de que preocuparse.
   Los días pasan, y los sueños pasan de ser malos, a perturbadores, todo esto sin convertirse en pesadillas realmente, solo le provocaban una molestia moral, "por que estoy soñando esto?". Noches y noches, sueños y sueños, cada uno mas raro y perturbador que el anterior, cada uno despertandolo de un sobresalto, raro, extenuante; pero lo peor no llega sino hasta una tarde, y no una noche; una tarde por el simple hecho de tomarlo descuidado y confiado, una tarde en la que una siesta no cae nada mal.

   El cielo rojizo indica que la tarde esta agonizando, dándole paso a una noche despejada y mas bien fresca; los banderines colgados de un lado a otro de las calles de pavimento de relleno, dignas de un pueblito en desarrollo, enfatizan la alegría de la feria que se festeja esa noche, y los anuncios distribuidos por todas partes con el logo de una gran constructora, nos habla de quién es el responsable de la cede, y tal vez de cuales son sus intenciones. EL camina por en medio de esa calle, calle bordeada de casas en construcción, "las nuevas viviendas del nuevo estilo de vida", como rezaban los carteles publicitarios. En un principio no entiende por qué esta tan interesado en una casa; pero la realidad es que así es, realmente quiere comprar una casa, y se dedica a pasear de aquí hacia allá en busca de una que llamara su atención; mientras camina por la avenida principal del próximo fraccionamiento, una de las calles convergentes llama desesperadamente su atención: la calle es un tanto incoherente, esta festonada de las mejores casas del fraccionamiento; pero al final de la calle cerrada, se encuentra una casa de un solo piso, y aunque muy bien decorada, da un aire de estar demasiado sola en aquel escenario. Sin saber bien como, o por que, la escena pasa de ser en primera persona, a ser un simple espectador, y la tarde detiene su lenta agonía, para sumir todo en un lapsus sin tiempo, un limbo como solo se puede dar en los sueños mas recónditos.

   En medio de la calle, ahora luciendo con solo una capa de tierra apisonada, un caballo pasea lentamente, dirigido por un enigmático hombre, un tópico de ranchero solitario: espaldas anchas y hombros acostumbrados a cargar pacas de heno, manos callosas por tanto trabajo, y un rostro mas bien duro y un tanto inexpresivo, con una mirada cargada de sabiduría empírica, de la que se aprende de generación en generación, y se acumula en una especie de oráculo humano; y aunque el hombre ya esta entrado en la madurez, mantiene un áurea de vigor sobrehumano;  ataviado con una especie de gabardina corta, de un color terroso que le da un aire de haber estado en muchas épocas. Al lado derecho del caballo, camina una pequeñuela de no mas de 10 años, con un andar entre infantil y siempre apurado, bamboleando su única trenza de un lado a otro; pero a diferencia del hombre, la mirada d esta niña no es acorde al resto de su imagen: una mirada que solo se encuentra en algunas ancianas, de esas que dejan ver mucho menos cosas de las que en realidad saben; una mirada inquisitiva, curiosa, concentrada, y a la vez divertida.
   Ambos caminan detrás de una mujer joven, envestida en un traje cómodo; pero elegante. Es ella quien hace el papel de guía y agente de bienes raíces, mostrando las casas al hombre, que las mira con desdén y rechaza cada una de ellas. -Ya le dije qué casa quiero ver, no me entretenga más- dice estas palabras inclinándose en el caballo, para hacerle énfasis a la joven agente que su tiempo es valioso, y que solo esta dispuesto a ver la casa mencionada.
   -Si, lo llevare a esa casa; pero ya le explique lo que ocurre con ella, y créame, no es nada del otro mundo, pero puede que le resulte molesto (molesto, si es que así podemos llamar a FUFU)- Se nota a leguas que la joven no esta entusiasmada de mostrar la casa, quizá por que debido a "lo que ocurría con la casa", esta fuera mas barata, y a EL el escuchar este nombre le estremece; por que no suena como dos silabas, sino más bien como un quejido, algo muy poco humano, a decir verdad, y no entiende como un sonido así, puede salir tan fácilmente de las gargantas de aquellas personas. -Quien es FUFU?- La pregunta viene de la pequeña que acompañaba al hombre, y lo inquietante es que va acompañada de una mirada escudriñadora, de esas que desnudan el alma. La pregunta no puede ser mas inquietante para la joven vendedora, se nota en su rostro, y el hombre del caballo se inclina nuevamente para apreciar mejor la reacción y respuesta de ésta; pero curiosamente, su gabardina se mira mucho mas clara y lisa, como si de otra se tratase.
   Sin tratar de obtener una explicación de donde o como había escuchado el nombre de FUFU (tal vez por miedo a la respuesta), la joven les explica que así le llamaban a un sonido que en ocasiones se escuchaba en la casa que querían ver (casualmente, y para incertidumbre de EL, es la misma casa que le había llamado la atención cuando el sueño lo protagonizaba él mismo; y a pesar de estar viendo todo como una persona ajena al sueño, no puede evitar un estremecimiento). El ruido, les explica la joven, podía ser provocado por alguna corriente subterránea que pasara por debajo de la casa; pero esta estaba firmemente cimentada, y no corría peligro alguno. Y mientras ella habla, EL visualizaba la casa como si estuviese viendo una película: la escena recorre el tramo que separaba al pequeño grupo y a la casa, entra por la puerta principal, atraviesa una sala muy minimalista, llega a una puerta abierta que da a unas escaleras, baja al sótano y lo recorre hasta llegar al fondo, donde se encuentra una puerta falsa, esta puerta se abre dejando ver otras escaleras, baja por ellas hasta llegar a una bifurcación de tres escaleras, toma la mas alejada, y baja hasta una reja que resguarda una habitación cubierta en su totalidad por blanco mármol, y al fondo de ese pulcro cuarto, se encuentra empotrada una puerta metálica, de esas que se ven en las películas para resguardar la caja fuerte de un banco. Y en el momento en que la escena llega a la puerta, desde atrás de ésta, sale una especie de bramido, un bramido como el de un animal en agonía, pero sonando totalmente ajeno a este mundo, un bramido que hace estremecer a EL a pesar de saber que es un sueño, ( por que a estas alturas ya llegó a la conclusión que es un sueño) por que ese bramido deja notar que contiene angustia,  furia, dolor, desesperación; un bramido cargado de todos los sentimientos humanos que provocan miseria y angustia en una persona. 
   Afuera, el grupo de tres escucha el bramido, y la niña lanza una carcajada acompañada de un expresivo FUFU!!! y sale corriendo en dirección a la casa; mientras EL ve a la extraña niña acercarse a la casa, su corazón empieza a latir con fuerza, por que siente que la cosa que esta detrás de la puerta, FUFU, se esta desesperando por salir, y sabe que la niña puede cometer una locura. Los pasos gráciles de la niña acortan la distancia rápidamente, y el ambiente se torna electrizado; al llegar a la puerta, una explosión de angustia invade a EL, y la escena nuevamente cambia: en esta ocasión ya no ve todo en tercera persona, ahora se da cuenta que esta viendo exactamente lo que la niña ve; pero sin poder hacer nada, y siente como FUFU se burla de EL, poniendo en su cabeza la nítida sensación de saber lo que la cosa siente (por que no podemos llamarle "pensar", ella esta formada por meros sentimientos). Mientras la niña busca con desesperación la puerta falsa, EL siente su pulso acelerase todavía mas, y cuando la pequeña la abre y baja corriendo las escaleras, hay una nueva explosión, esta vez más fuerte, de los horribles sentimientos de FUFU. La niña baja las escaleras, llegando a donde se forma la separación, da un grito, como cuando un niño le habla a su perro que se salio por la puerta abierta; y el grito es respondido por otro estremecedor bramido; la niña gira hacia la escalera de donde proviene el sonido, y la baja, llegando hasta la reja que resguarda el recinto, reja que tiene puesto y cerrado un candado, candado que se rompe en el instante que ella lo toca; y todo esto ante la desesperación e impotencia de EL, que solo puede ver.
   Se puede sentir el ansia y dolor de la cosa que resguarda detrás de la puerta metálica, su sombra se proyecta por los dos lados de la misma, como si el metal fuese traslucido; pero EL sabe que no es por eso, son tantos los sentimientos oscuros que tiene esa cosa, que se impregnan en su sombra, haciéndola más que tangible. La niña se acerca a paso regular a la puerta, y cuando llega frente a ella, la acaricia como si detrás se encontrara un juguete muy esperado. EL ruega en silencio que la pequeña no bote el enorme candado que mantiene esa puerta bloqueada, pero en el fondo, sabe lo que sucederá. La niña toma el candado, y lo abre fácilmente, entonces suelta una carcajada pura, y sale corriendo hacia la calle, en ese momento, la escena cambia otra vez, y EL es nuevamente un espectador.
   
   Ante el hombre de la gabardina, que esta vez es de un tono muy oscuro, sin llegar a ser negro, llega entusiasmada la pequeña -La encontré, encontré a...-  mira de reojo a la vendedora, y concluye de mala gana la oración -... FUFU- La expresión en la cara del hombre es lo que mas espanta a EL, una mezcla de temor y alarma, su boca se entreabre, por unos segundos no pronuncia palabra, hasta que por fin dicta una frase que se clava en la mente de EL: -Lo único que agradezco, es que solo somos mensajeros, pero me compadezco por la persona que está soñando- Estas palabras no pueden inquietar mas a EL, ya tenia la certeza de estar soñando; pero, Que se refiera a él un personaje de su sueño?
  Mientras EL pensaba todo esto, el hombre se apea, y corre hacia la casa, entrando a ella y bajando las escaleras. El ambiente se torna cada vez mas perturbado, y EL sabe que FUFU esta muy alterada. Cuando los dos llegan a la bifurcación, la pequeña se detiene en seco, y ocurre lo mas aterrador hasta el momento. Volteando a ver a EL, que en ese momento se había materializado en el sueño nuevamente, le dice con una sonrisa entre inocente y con malicia -Espera aquí, la voy a llamar, dice que es tiempo de conocerse-  y acto seguido da un grito espantoso. Por un momento, todo queda en silencio, el ambiente tenso se relaja, y EL piensa que todo ha acabado; pero en ese instante, en el que empieza a bajar la guarda, una ola de sentimientos lo invaden, sentimientos ajenos EL, sentimientos que sabe que provienen de FUFU; la cosa confirma sus temores dando el bramido más ensordecedor y angustioso que haya dado, un bramido que penetra mas allá de la mente o el alma, que se refugia en lo mas profundo de EL, y la siente acercarse a la puerta de metal, aunque no la ve, sabe que está a punto de abrirla, y que se goza por ello. Cuando la puerta rechina al ser abierta después de muchos nuncas, la ola de sentimientos se vuelve insoportable, y EL está al borde de sucumbir ante tal peso; la puerta detiene su viaje y su rechinido, y en ese momento, EL sabe que no hay nada que lo separe de FUFU.




Incluso después de despertar, las secuelas que la cosa, que FUFU deja en EL, son insondables, 
un nuevo miedo lo ha apoderado, y solo ruega por que en realidad, todo haya sido un mal sueño.