26 de enero de 2012

La parte enferma de mi

   Hoy me senté a platicar con una parte muy enferma de mí, esa parte que no tiene consideración por los sentimientos, o por la delicadeza; esa parte que solo escupe su rabia, que solo suelta su coraje, que arroja palabras sin sopesar el daño que pueden causar. Y platicando con esa miserable y gloriosa parte de mí llegue a la conclusión de que no es justo no poder soltarla de vez en cuando.

  No es justo no poderte decir de frente, casi gritando y agitando mis manos como un loco, que tu egoísmo no te deja ver el daño que puedes llegar a ocasionar. Y es tan frustrarte no poderte gritar que no soy cualquier imbécil que se cruzó en tu camino, y decirte de la manera mas grosera que estoy harto de ver como repites la misma historia una y otra, y otra vez; sin aprender, sin tomar un poco de sabiduría de lo que la vida te arroja.

   No tienes ni idea de lo frustrarte que es sentirse desechable; ver que cuando encontraste a otro "amor de tu vida" pasajero, te olvidaste de quien soy: y hoy que necesitas de alguien, vienes a clavar un puñal que estaba logrando sacar limpiamente, sin rencores; pero no!! tenias que venir a decirme cuanto te duele perder a esa persona; tenias que venir a mostrarme lo que sufres por el: y lo peor de todo, que hasta que las cosas no estuvieron mal con el, te acordaste que soy tu amigo Monroy... bonita fregadera.

   Se que lo vas a leer, y se que sabrás que es a ti a quien va dirigido, tal vez lo leas en algún momento de nuestra amistad donde todo esto se arregló, y los pajaritos cantan y en el cielo solo hay arcoiris... en cualquiera de los casos, es justo que lo leas, y te des cuenta aunque sea tarde de lo que estas haciendo. Y si, si espero que te sientas mal, por que al fin y al cabo es una buena manera de aprender.

   Por mi parte he aprendido muchas cosas, muchas de las cuales no te dejan bien parada; pero no pienses que te aborrezco, o que ya no quiero tu amistad, no se trata de eso. Se trata de sacar por un momento todo esto que me esta carcomiendo por dentro, y que apenas lleva unas horas gestándose; de sacarlo antes que me haga daño y me obligue a ver las cosas de otra manera.

   Te voy a ser sincero, muy muy sincero: una parte no tan enferma de mí, se alegra que estés pasando por esto, no por verte sufrir, sino por que tienes otra oportunidad para ver que es lo que estas haciendo de tu vida; por que tienes otra oportunidad de ver de que manera estas tomando decisiones; por que tienes otra oportunidad de APRENDER de tus errores: y espero la aproveches.

   Por el momento abandono este espacio de expresión, me iré a seguir platicando con esa parte tan enferma de mí que, en estos momentos, me hace muy muy feliz.

4 de enero de 2012

Alguna estrella

   Esa noche hacia más frío de lo usual, y el se encontraba de pie en el patio de su hogar, abrigado y con un recuerdo encendido en la mano; cuando las cosas se ponían feas, tendía a encender uno y fumarlo lentamente. El cielo estaba despejado, e invitaba a hechar un vistazo y contemplar la belleza de un universo sin fin, virgen y misterioso.
   Su mirada no pudo evitar toparse con una estrella en particular; una estrella que tenía historia, recuerdos y memorias; todos ellos muy bellos; pero cada uno le recordaba aquel aquel amor que fracasó, a todas las promesas que se hicieron y no se cumplieron, a todos los planes que se esfumaron en el aire.
   Recordó la noche en que la estrella fue bautizada, y recordó que el nombre se le puso en alusión al suyo propio. Vio las imágenes de como se recostaba con la propietaria del celeste cuerpo a contemplarla, callados el uno junto al otro, las unas veces abrazados, o tomados de la mano simplemente.
   Pero el pensamiento mas fuerte, mas vívido e intenso fue recordar que superó esa ruptura. Que cuando su corazón parecía no poder partirse en pedazos mas pequeños, decidió tomarlos y armarlo de nuevo. Recordó que pudo reponerse a la perdida mas fuerte que había sufrido.

   Y justo en ese momento, una lucidez casi letal lo atravesó: "Pude superar eso; puedo superar también todo esto!"

   Apagó su recuerdo y tiró al cesto de la basura la colilla, entró en su casa y dejó tras de si muchas de sus penas.

3 de enero de 2012

Lo más triste

Cuando ella le dijo "No hay nada más triste que escuchar a un cachorro llorar", el solo pudo pensar "cómo se nota que no has visto a un hombre derramar una lagrima por amor"