22 de octubre de 2011

Oscura escalera

  Tuve que detenerme un momento en esas escaleras, oscuras precisamente para lo ocasión. Y me tuve que detener para poder extraer de lo mas profundo de mi completo ser un poco de dolor, dolor liquido; pero dolor puro. Sin razones y sin derechos, me he vuelto loco por un instante, un instante que probablemente perdure muchísimo tiempo en tu memoria, y sobre todo en tu corazón.

   Y me arrepiento de no tener el poder de borrar mentes, o regresar el tiempo; porque, a pesar de lo que diga, realmente si me arrepiento de ciertas acciones, de ciertos pensamientos, de ciertas actitudes, o de ciertos simples gestos. Carente de esto, no me queda mas remedio que permanecer un solo momento en esta misma escalera, permanecer pensando, permanecer sintiendo. Permanecer ocioso jugando con el hubiera y el fuese, pensando en mil maneras de haber evitado lo ocurrido, y de salvar el día de la manera mas heroica.

   No queda mas remedio que hacerme amigo de la señora paciencia, y entablar una conversación silenciosa con ella; por el simple hecho de que me acompañe y oriente estos próximos días. Buscare de alguna manera, en mil mares de tormento, la calma necesaria para esta situación; y, si el tiempo lo permite, encontrare aquel lugar donde reías, sonreías y gritabas.

   Es momento de abandonar esta cruel escalera, que callada y en tinieblas, ve correr mi dolor sin una sola palabra de consuelo, sin un solo gesto de empatia, sin muestra de preocupación. Y realmente espero regresar victorioso la próxima vez, mostrandole que una gran amistad puede mas que su burlona oscuridad, y que un verdadero cariño, es capaz de perdonar.

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