4 de enero de 2012

Alguna estrella

   Esa noche hacia más frío de lo usual, y el se encontraba de pie en el patio de su hogar, abrigado y con un recuerdo encendido en la mano; cuando las cosas se ponían feas, tendía a encender uno y fumarlo lentamente. El cielo estaba despejado, e invitaba a hechar un vistazo y contemplar la belleza de un universo sin fin, virgen y misterioso.
   Su mirada no pudo evitar toparse con una estrella en particular; una estrella que tenía historia, recuerdos y memorias; todos ellos muy bellos; pero cada uno le recordaba aquel aquel amor que fracasó, a todas las promesas que se hicieron y no se cumplieron, a todos los planes que se esfumaron en el aire.
   Recordó la noche en que la estrella fue bautizada, y recordó que el nombre se le puso en alusión al suyo propio. Vio las imágenes de como se recostaba con la propietaria del celeste cuerpo a contemplarla, callados el uno junto al otro, las unas veces abrazados, o tomados de la mano simplemente.
   Pero el pensamiento mas fuerte, mas vívido e intenso fue recordar que superó esa ruptura. Que cuando su corazón parecía no poder partirse en pedazos mas pequeños, decidió tomarlos y armarlo de nuevo. Recordó que pudo reponerse a la perdida mas fuerte que había sufrido.

   Y justo en ese momento, una lucidez casi letal lo atravesó: "Pude superar eso; puedo superar también todo esto!"

   Apagó su recuerdo y tiró al cesto de la basura la colilla, entró en su casa y dejó tras de si muchas de sus penas.

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