Si tan solo pudiese ver el reflejo de mi muerte en tus ojos una vez más,
moriría en perturbadora paz.
El corazón sin razón, la mente sin sentimiento, las palabras sin voz. Mi punto de vista ciego, sin razón, brotando sin entendimiento. Cerrar mis ojos, y permitir que la noche me aclare lo que la luz del día no me deja ver.